miércoles, 22 de octubre de 2008

REFLEXIONES ... "Sacrificios"




Hemos construido una sociedad basada (entre otras cosas) en demandar de los demás,
hasta el hartazgo, cosas que deberíamos proveernos por nosotros mismos ;
y a rehusarnos a pedir cosas que solo pueden darnos los demás.

Esto, que a primera vista parece pueril, se nos ha metido tan dentro que ya está haciendo

estragos en nuestra conexión con nosotros mismos.
"Los demás"
tiene la culpa, la responsabilidad, la obligación, el derecho, la fuerza, el privilegio, la voluntad, el conocimiento, la habilidad. Y como todos somos los demás de todos, menos de nosotros mismos, no sumergimos hasta ahogarnos en la paradoja de
"todos siendo ninguno".

Y al final por supuesto, nadie tiene la culpa, la responsabilidad, la obligación, el derecho,

la fuerza, el privilegio, la voluntad, el conocimiento, la habilidad. Y entonces, a ninguno de nosotros
se nos puede pedir que rindamos cuentas por nuestros actos o por nuestras apatías, por nuestras
palabras o por nuestros silencios, en resumen por la soberanía sobre nuestras propias vidas.

Porque siempre nos falta
"algo" y ese "algo"
siempre debió haber venido de afuera mientras nosotros lo esperábamos quietitos,
con los picos abiertos y a los gritos, como pichones huérfanos.
Con la excusa de

"terminar con la era del dolor"
pusimos en franca extinción la Era del Sacrificio...

Sí, como sospecho, hasta ahora viniste leyendo con cierto recelo, posiblemente este sea

el momento en que empezás a gritar:

- A NOOO, ¡
¿Pero que dice esta delirante ?! ,
¡¿ Ahora va a pedir silicios y flagelaciones también ?!!!!!-

Perdón. Pero acá sí que yo no tengo la culpa de que siglos de tradición judeocristiana hayan transformado el término Sacrificio en la basura que es ahora... En realidad SACRIFICIO es

"Sacro Oficio",
es decir el Oficio Sagrado al que se consagra un individuo en la búsqueda de un Objetivo Superior.
Ah!! claro, si hubiese empezado por el término Misión no se nos hubiesen despeinado tanto la plumas no?!. Pero la realidad es que temerle a una palabra no hace que su significado desaparezca.

Todos aquellos que estamos encarnados tenemos una Misión, y por lo tanto nos espera un Sacro Oficio que nos demandará esfuerzo, responsabilidad, derecho, fuerza, privilegio, voluntad, conocimiento, habilidad y el coraje de afrontar el hecho de que deben salir de nosotros y no de los otros.

Y esto no esta sujeto a la envergadura de la Misión, porque la real envergadura de la Misión no puede ser medida en términos mundanos; puede ser que algunas sean vean más

"coloridas" (camaleones más, camaleones menos),
parezcan más glamorosas (habría que verlas de cerca, la mayoría tiene estilo Monet)
o por el contrario más grises (vieron alguna vez lo que hacia Chaplín con unos pocos grises?)
pero LA VERDAD, es que ninguna es mensurable apropiamente en esta dimensión;
entre otras cosas, porque todas ellas se extienden más allá de esos limites.

Construimos existencias basadas en la circunferencia (y la profundidad) de nuestro ombligo,

y desde allí asumimos que vivimos en un mundo pequeño, oscuro y sobre todo solitario.

Somos incapaces de reconocer en el otro un posible compañero de ruta, un colega de Sacro Oficio,

un viajero de caminos alternativos, que puede tener mucho para enriquecer (cuando no reevaluar), nuestra propia ruta. No nos comunicamos, no compartimos, no valoramos lo que somos y
lo que tenemos para dar y por lo tanto somos incapaces de valorar lo que los otros tienen para darnos, nos menospreciamos, y para compensar lo que eso nos hace sentir, despreciamos al otro, no nos atrevemos a "Ser" y para no afrontarlo, pretendemos que el otro "Nos Haga".

Es ahí cuando lo que debe ser hecho por nosotros es demandado a lo demás (y ojo que ahí

caen todos eh? personas, amuletos, dioses, maestros, mascotas, presidentes, vecinos... lo que venga); aquello que debemos recibir desde el amor de los demás no lo pedimos, (porque nosotros tenemos nuestro orgullo che! porque la dignidad ante todo!!); y lo que debe ser compartido se pudre en nosotros y en el otro convirtiéndonos en cadáveres solitarios y hediondos.

"si total a vos no te cuesta nada"
"porque lo que yo me aprendí es mío, viste, el otro que se haga de abajo"
"no, yo te lo doy, es el fruto de toda la experiencia de mi vida pero no vale nada"
"si al otro le da lo mismo yo se lo quito y listo che"
"pero vos sabes lo que me costó a mí?"


DAME, DAME, DAME, DAME DAME... NO IMPORTA LO QUE SEA,
QUÉ TENÉS?,
QUÉ SABES?,
QUÉ PODÉS?
DÁMELO.
LO QUE ES TUYO ES MÍO Y LO QUE ES MÍO ES MÍO. PERO QUE TE QUEDE MUY CLARO QUE YO DE VOS NO NECESITO NADA EH?!
Y lo más increíble de esto, es que muy pocas veces es la gula o el egoísmo lo que nos motiva,

somos motivados por nuestras inseguridades, por nuestros miedos , por nuestra falta de fe en
nosotros mismos. Si lo haces vos, lo debes hacer mejor, si lo decís vos debe ser cierto simplemente
porque no lo estoy diciendo yo, vos porque podés yo no te voy a hacer pagar por eso, porque seguro
que lo lograste de modo dudoso...
Siempre les decía a mis alumnos que para que una transacción fuera exitosa no se podía

pedir un millón de dólares y un vaso de agua.

Simplemente una cosa anula la otra. Si todo lo que necesitas es un vaso de agua, para que agotar

tu línea de crédito pidiendo un millón de dólares; y si lo que necesitas es un millón de dólares, no te conviene distraer a tu línea de crédito con pavadas, total después pasás por un kiosco.

Quién diría! quichicientos años y mil caminos después, resulta que no puede ser más vigente esto.

Somos Seres maravillosamente creados y desarrollados, somos el espejo de D´s en esta dimensión que es parte de su creación y, por tanto, parte de la nuestra.
Somos Dioses en el sentido más estricto de la palabra, sin eufemismos sin falsas modestias.
Somos los celebrados por el coro de Seres de Luz como los Benditos, los Valientes, los Heroicos.
Somos co-creadores del Todo Manifiesto en cada uno de nuestros actos y nuestros pensamientos

y estamos rodeados de otros tantos como nosotros.

Olvidarlos es olvidarnos, ignorarlos es ignorarnos, despreciarlos es despreciarnos, negarlos es negarnos, abusar de ellos s abusar de nosotros mismos y por lo tanto degradar nuestra condición divina.

APRENDAMOS A DISTINGUIR QUE ES LO QUE DEBE PROVENIR DE NOSOTROS MISMOS, (Y A CONFIAR EN QUE, COMO CHISPAS DIVINAS ENCARNADAS, SOMOS PERFECTAMENTE CAPACES DE PROVEERLO PARA NOSOTROS MISMOS); Y QUE ES LO QUE DEBEMOS PEDIR DE LOS OTROS, CÓMO, CUÁNDO Y CUÁNTO.

SIEMPRE, LO MÁS IMPORTANTE SON LAS PREGUNTAS , NO LAS RESPUESTAS.