sábado, 25 de octubre de 2008

El alma

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Y separó el Dios de los dioses un alma de sí mismo y la hizo bella.
Y le dio una copa de alegría y le dijo:
"No beberás de esta copa sino cuando hayas olvidado el pasado y te hayas desinteresado del futuro".
y le entregó una copa de tristeza, y le dijo:
"Beberás de esta copa para que puedas apreciar la dicha de la vida".
Y puso en ella el amor que la abandona ante el primer suspiro de conformidad,
y una dulzura que desaparece ante la primera palabra de orgullo.
Y del cielo hizo bajar sobre ella el conocimiento para que la oriente hacia el camino de la verdad.
Y en sus profundidades puso una visión capaz de ver lo invisible.
Y creó en ella sentimientos que fluyen con las imágenes de la imaginación,
y que corren con los fantasmas.
Y la vistió con un traje que los ángeles tejieron de las ondulaciones del arco iris.
y luego puso en ella la oscuridad de la duda, que es la sombra de la luz.
Y tomó un fuego del volcán de la ira, y vientos del desierto de la ignorancia,
y arenas de las riberas del mar del egoísmo, y tierra hollada por
los pies de los siglos, y amasó el hombre.
Y le dio una fuerza ciega que explota en la locura y se calma ante los deseos.
Y le dio la vida que es la sombra de la muerte.
Y el Dios de los Dioses sonrió entonces y lloró, y sintió un amor sin fin ni limites,
e hizo la unión del hombre con su alma.

Khalil Gibrán