domingo, 23 de noviembre de 2008

Dr. HAMILTON NAKI

EL CIRUJANO CLANDESTINO
Hamilton Naki, un sudafricano negro de 78 años, murió en mayo de 2005.
La noticia no apareció en los periódicos, pero su historia es una de las más extraordinarias del siglo XX. Naki era un gran cirujano.
Fue él quien retiró del cuerpo de la donante del corazón que fue transplantado a Louis Washkanky en 1967, en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en la primera operación de transplante cardíaco humano con éxito.
Es un trabajo muy delicado. El corazón donado tiene que ser retirado y preservado con el máximo cuidado.
Naki era el segundo hombre más importante del equipo que hizo el primer transplante cardíaco de la historia. Pero no podía aparecer porque era negro en el país del apartheid.
El cirujano jefe del grupo, el blanco Christian Barnard,
se transformó en una celebridad instantánea.
Pero Hamilton Naki no podía salir en las fotografías del equipo.
Cuando apareció en una, por descuido, el hospital informó que era un empleado del servicio de limpieza.
Naki usaba bata y mascarilla, pero jamás estudió medicina ni cirugía. Había abandonado la escuela a los 14 años. Era jardinero en la Escuela de Medicina de Ciudad del Cabo.
Comenzó limpiando las jaulas. Pero era curioso y aprendía deprisa. Aprendió la técnica quirúrgica viendo a los médicos blancos que practicaban las técnicas de transplantes en perros y cerdos.
Se transformó en un cirujano excepcional, hasta tal punto que el Dr. Barnard lo requirió para formar parte de su equipo.
Era un problema para las leyes sudafricanas.
Naki, negro, no podía operar pacientes ni tocar sangre de blancos.
Pero el hospital le consideraba tan valioso que hizo una excepción con él.
Se transformó en cirujano... pero clandestino.
Pero eso no le importó.
El siguió estudiando y dando lo mejor de sí, pese a la discriminación.
Era el mejor. Daba clases a los estudiantes blancos, pero ganaba salario de técnico de laboratorio, el máximo que el hospital podía pagar a un negro.
Vivía en una barraca sin luz eléctrica ni agua corriente, en un gueto de la periferia, como correspondía a un negro.
Hamilton Naki enseñó cirugía durante 40 años y se retiró con una pensión de jardinero, de 275 dólares por mes.
Cuando el apartheid terminó, le concedieron una condecoración y el título de médico honoris causa.
Nunca reclamó por las injusticias que sufrió a lo largo de toda su vida.
Christian Barnard Hamilton Naki
Pese a la clandestinidad y discriminación jamás dejó de dar lo mejor de sí mismo:
su pasión por ayudar a vivir.
Dr. Naki, por todo cuanto lograste para la humanidad por encima de tus propios intereses, gracias.
magnífico médico y ser humano excepcional. ... Como Blanca, como humana… como hija de Él…. Jamás mi voz callara ante tamaña injusticia… digo Gracias… DR HAMILTON NAKI… Gracias Negro… por tu Grandeza… Que D´s… Te Bendiga… Premio Nóbel ante D´s.; de la Medicina… eras un simple jardinero… Humanos condenamos tu color y tu sapiencia… Gracias…. Gracias…. Gracias… Que Él te tenga en su Santa Gloria… la que te negamos los ignorantes… DR HAMILTON NAKI… Premio Nóbel de la Paz de CORAZONES… creo como ciudadana del mundo. … Se tendrían que replantear… darte “pos-morteen”… (Seria lo mas justo … se preocupo por el corazón de los humanos … sin corazón) … El Premio Nóbel… a sus flia. …. Les dejo un Beso a todos y llamease a reflexión… no soy ni mejor ni peor que uds. solo se reconocer a un grande… a un grande mi admiración… DR HAMILTON NAKI… Silvia Zak, Te dice Gracias… junto a toda su Flia. .. y AMIGOS ... GRACIAS ... ¡!!
सिल्विअज़क / Silvia Zak

2 comentarios:

Pedro Estudillo dijo...

Personas como el doctor Hamilton son las que hacen que merezca la pena vivir en este mundo. No conocía su historia, y me ha conmovido leerla. Me uno a tu plegaria y a tu petición de reconocimiento universal, aunque estoy seguro que él no lo necesitará para nada, pero sí la humanidad.
Un beso.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Silvia...

Confieso que no conocía la historia del doctor Naky.

¿Cuantos como él, tan noblemente desarrollan su labor, sin pensar en la fama ni el reconocimiento?

Solamente lo hacen con el ánimo de servir, ellos son los que merecen todos los honores, aunque otros se los ganen.

Un abrazo.